Ecos de la Cava

En este día de la Virgen del Buen Consejo, se reeditan los Ecos de la Cava. Os adjuntamos La publicación. Esperamos que poco a poco vayamos conociendo más a nuestra Madre Fundadora Rafela Ybarra y lo hagamos llegar a todo aquel que quiera pedirle favores y conocerla mejor y más a fondo. Si quieres puedes contactar con todo lo que tenga que ver con esta publicación, en el correo electrónico ecosdelacava@gmail.com
Clica en las fotos y podrás leer lo que pone en ellas: Bienvenida, Noticias, agradecimientos a la Beata Rafaela Ybarra.

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23 DE FEBRERO FESTIVIDAD MADRE RAFAELA YBARRA

 

Damos gracias a Dios que en este día nuestra Fundadora, Madre Rafaela Ybarra, fue acogida por los brazos amorosos del Padre y desde el Cielo continua impulsando la obra que Dios le había encomendado: «Prevenir y acompañar a la juventud y niñez «. Actualmente su primer colegio de Ángeles Custodios, que ella diseñó en su mente y pudo ver terminado, se ha visto reformado en sus instalaciones, con un nuevo patio de recreo y una nueva pista deportiva. Todo sea como ella decía, para un mejor servicio y gloria de Dios, pues  dando lo mejor a nuestros hermanos desfavorecidos, se lo estamos haciendo a Jesús mismo.

 

50 AÑOS DE PRESENCIA EN «LOS COCOS»

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El día 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, celebramos con gran alegría  los 50 años de presencia de la Congregación en  «Los Cocos» (Sierra de Córdoba, Argentina).  Damos gracias a Dios por haber hecho posible que las hermanas puedan estar en este hermoso lugar, ofreciendo un espacio de oración, convivencia, recreación  y descanso a  niños y jóvenes.

DOCUMENTAL SOBRE MADRE RAFAELA YBARRA

 

La vida y obra de madre Rafaela Ybarra en el contexto histórico que vivió, se deja vislumbrar en este Documental; su  gran humanidad y profundidad espiritual se percibe en los escritos que ella nos dejó, y en los testimonios de tantas personas que la conocieron y no pudieron por menos, de recoger lo que la gente sencilla de Bilbao, especialmente las jóvenes, exclamaba cuando la veían:   «¡LA MADRE!»